Nací hermosa, soy y seré hermosa.
Soy como una araña sin tela, no necesito perseguir mis víctimas, las presas vienen a mí y caen a mis pies, sumisas, embriagadas.
Una sonrisa mía basta para eximirme de responsabilidades o para que algún incauto pensando en que pueda gozar de mis favores se inmole en mi defensa.
Yo no necesito preocuparme por nada material. Pero no es porque este evolucionada espiritualmente. No, nada de eso. Es que no necesito dinero, no necesito trabajar, tengo siempre algún lacayo dispuesto a mantenerme.
Cuando era joven , bella como siempre pero quizás algo incauta, tuve varios hombres que literalmente se arrinuaron trabajando para mí, para satisfacer mis caprichos, aun los mas ridículos.
Quienes no son bellos, quienes no entienden el poder que emano, intentan degradarme y me tratan de “trepadora”, termino incomprensible para mi que no solo no he trepado sino que no he hecho nada, específicamente nada, los demas, embelezados, hacen todo por mi.
Mis formas consiguen casas, mis labios autos, mi sonrisa me lleva de viaje, yo simplemente soy.
He aprendido a disfrutar de la compañía de quien me abastece, no me parece tan vil como otros mojigatos dicen.
Conozco gente mas poderosa que yo (que es mucho decir, mi poder sobre los demas es indiscutible) que se venden mas barato.
Los incorruptibles me son ajenos, no me interesa la moralina de quienes me vienen a explicar lo que se debe y no se debe hacer. Mientras ellos intenten corregirme, un solo guiño de mis largas pestañas me nutre de una nueva plebe que no me cuestiona, que no necesita otra cosa que mi atención, por mas nimia que sea.
Es mentira que la belleza se va, quizas mute, quizas se aprecie en la mirada de los otros , en la envidia ajena, pero no desaparece.
Cuando mi cutis no cautive, cuando mis pechos no embrujen, cuando mis labios perdonen, yo descansare de tanta adulación y viviré la vida miserable que ustedes viven ahora.
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